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¡Dame el agua viva!
Jn 4.5-42: ¡Imagínate caminar por el desierto! Jesús, cansado llega a Sicar en Samaria. Se sienta en el pozo. Se acerca una mujer samaritana. Rompe los prejuicios del distanciamiento entre judíos y samaritanos. Dialoga con la mujer y le pide de beber. La mujer le dice ¿Cómo tú siendo judío me pides de beber? “¡Si conocieras el don de Dios y quien es el que te pide de beber, le pedirías tú, y el te daría agua viva! (vv,9-10). Es un Dios tan humano y cercano que está con nosotros, para cuestionar nuestra vida, como lo hizo con la samaritana. Él nos descubre que el agua no está en la roca, en el manantial del desierto, en los nevados.